Poner fin al bloqueo, asunto esencial

El tema del fin del bloqueo a Cuba por Estados Unidos sigue siendo prioritario en el empeño compartido de mejorar y normalizar las relaciones bilaterales luego de la apertura de embajadas en La Habana y Washington respectivamente.


Y es que, como se ha repetido, se trata de una brutal agresión de fondo genocida y totalmente unilateral, y uno de los principales obstáculos para el desarrollo productivo y humano de la Isla.

En consecuencia, se hace necesario que, de parte de la Casa Blanca, no se repare en esfuerzos por su eliminación o al menos el levantamiento de aquellas restricciones que el jefe del Ejecutivo puede vetar por cuenta propia y sin necesidad de arduos, complejos y agrios debates a escala de Congreso, el cuerpo oficial que podría decretar la muerte total de tan largo cerco.

 Conocer el fondo

Es sumamente importante puntualizar los aspectos relacionados con los orígenes, estragos y niveles de responsabilidad en cuanto al fin o no del bloqueo, para evitar especulaciones o interpretaciones erróneas.

Hay una verdad inobjetable: nadie -ni persona ni país- puede hablar de buenos y normales vínculos con otros, si le apunta a la cabeza con un arma de fuego y tienen de su lado un fardo de mandatos que apuntan a asfixiar hasta la muerte al pretendido interlocutor.

De manera que con el tema del bloqueo no cabe pedir nada a cambio para dictar su final.
La vieja y dañina barrera tiene que ser destruida sin alternativa por quienes la erigieron y mantienen, y entonces, en pié de igualdad vendrá el instante de acomodar criterios, evaluar caminos amplios y llegar a conclusiones.
Fuente: Radio Reloj

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