El presidente estadounidense, Barack Obama, prorrogó otro año la aplicación de la Ley Helms Burton, una medida unilateral de la Casa Blanca destinada a endurecer el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto contra Cuba hace más de 50 años.
El memorando dirigido al Secretario de Estado y al Secretario del Tesoro de Estados Unidos fue difundido por la Casa Blanca, ordenando mantener por otro año las sanciones comerciales impuestas contra la mayor de las Antillas.
Conforme a la legislación norteamericana vigente, el Presidente norteamericano decidió prorrogar las sanciones contra Cuba, bajo la Ley de Comercio con el Enemigo, alegando que responde a los intereses nacionales de Washington, y tomando en cuenta que el plazo de vigencia de esta medida expiró el 14 de septiembre.
El pasado año Washington intensificó su histórica política de hostilidad y aislamiento contra Cuba, confirmada a través de castigos a empresas extranjeras y restricciones adicionales para el sector turístico .
La administración de Obama, que en el 2011 había dado discretos pasos hacia la flexibilización en cuanto a viajes a la nación antillana, mantuvo el núcleo de las estrategias agresivas por medio de normativas del Departamento del Tesoro.
La mayor sanción monetaria impuesta por Washington a un banco por presunta violación de leyes comerciales a través de terceros países, fue la exagerada multa de 875 millones de dólares contra el conglomerado bancario HSBC, dictada por un reciente decreto emitido por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, siglas en inglés), adscrita al Tesoro. Esa superó una penalidad anterior de 619 millones de dólares aplicada en junio de 2012 al grupo ING Bank, con sede en Holanda.
Estados Unidos mantiene hace 50 años un cerco económico, comercial y financiero contra Cuba que nos ha costado hasta diciembre de 2011 y considerando la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, un billón 66 mil millones de dólares, y que constituye una violación de la Carta de Naciones Unidas y de las normas del Derecho Internacional.
Expertos sociólogos, analistas políticos y catedráticos de diferentes países se reunieron a finales del 2011 en Washington en el contexto de una Conferencia Internacional y exigieron sacar a Cuba de la controversial lista de naciones patrocinadoras del terrorismo.
Estados Unidos insertó a la isla caribeña en el polémico listado desde 1982, a petición del entonces secretario de Estado, Alexander Haig, y en una resolución que fue certificada por el presidente Ronald Reagan.
En enero del 2011 el presidente Obama certificó una relajación relativa en la prohibición de los contactos con Cuba, y permitió que compañías aéreas y agencias pudieran organizar viajes a la nación caribeña, pero solo con fines culturales y educativos.
No obstante, las primeras licencias no fueron otorgadas por la OFAC hasta seis meses después y al mismo tiempo que la congresista conservadora Ileana Ros-Lehtinen solicitara al Tesoro medidas anticubanas más severas en este acápite legislativo.
Ya antes, el 25 de julio último, la OFAC había aclarado que la flexibilización concedida por Washington acerca de las visitas de estadounidenses a la nación antillana sería un error interpretarla como una promoción del turismo.
Cuba ha ratificado en varias ocasiones la disposición a implementar un diálogo político con Estados Unidos sobre la base del respeto recíproco, y a pesar del mantenimiento por parte de Washington de un férreo bloqueo con medio siglo de vigencia en contra del pais antillano.
Estados Unidos mantiene el criminal bloqueo unilateral contra Cuba desde el año 1961, endurecido posteriormente en los años 1992 y 1996, tras la aprobación de las leyes Torricelli y Helms Burton.
El memorando dirigido al Secretario de Estado y al Secretario del Tesoro de Estados Unidos fue difundido por la Casa Blanca, ordenando mantener por otro año las sanciones comerciales impuestas contra la mayor de las Antillas.
Conforme a la legislación norteamericana vigente, el Presidente norteamericano decidió prorrogar las sanciones contra Cuba, bajo la Ley de Comercio con el Enemigo, alegando que responde a los intereses nacionales de Washington, y tomando en cuenta que el plazo de vigencia de esta medida expiró el 14 de septiembre.
El pasado año Washington intensificó su histórica política de hostilidad y aislamiento contra Cuba, confirmada a través de castigos a empresas extranjeras y restricciones adicionales para el sector turístico .
La administración de Obama, que en el 2011 había dado discretos pasos hacia la flexibilización en cuanto a viajes a la nación antillana, mantuvo el núcleo de las estrategias agresivas por medio de normativas del Departamento del Tesoro.
La mayor sanción monetaria impuesta por Washington a un banco por presunta violación de leyes comerciales a través de terceros países, fue la exagerada multa de 875 millones de dólares contra el conglomerado bancario HSBC, dictada por un reciente decreto emitido por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, siglas en inglés), adscrita al Tesoro. Esa superó una penalidad anterior de 619 millones de dólares aplicada en junio de 2012 al grupo ING Bank, con sede en Holanda.
Estados Unidos mantiene hace 50 años un cerco económico, comercial y financiero contra Cuba que nos ha costado hasta diciembre de 2011 y considerando la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, un billón 66 mil millones de dólares, y que constituye una violación de la Carta de Naciones Unidas y de las normas del Derecho Internacional.
Expertos sociólogos, analistas políticos y catedráticos de diferentes países se reunieron a finales del 2011 en Washington en el contexto de una Conferencia Internacional y exigieron sacar a Cuba de la controversial lista de naciones patrocinadoras del terrorismo.
Estados Unidos insertó a la isla caribeña en el polémico listado desde 1982, a petición del entonces secretario de Estado, Alexander Haig, y en una resolución que fue certificada por el presidente Ronald Reagan.
En enero del 2011 el presidente Obama certificó una relajación relativa en la prohibición de los contactos con Cuba, y permitió que compañías aéreas y agencias pudieran organizar viajes a la nación caribeña, pero solo con fines culturales y educativos.
No obstante, las primeras licencias no fueron otorgadas por la OFAC hasta seis meses después y al mismo tiempo que la congresista conservadora Ileana Ros-Lehtinen solicitara al Tesoro medidas anticubanas más severas en este acápite legislativo.
Ya antes, el 25 de julio último, la OFAC había aclarado que la flexibilización concedida por Washington acerca de las visitas de estadounidenses a la nación antillana sería un error interpretarla como una promoción del turismo.
Cuba ha ratificado en varias ocasiones la disposición a implementar un diálogo político con Estados Unidos sobre la base del respeto recíproco, y a pesar del mantenimiento por parte de Washington de un férreo bloqueo con medio siglo de vigencia en contra del pais antillano.
Estados Unidos mantiene el criminal bloqueo unilateral contra Cuba desde el año 1961, endurecido posteriormente en los años 1992 y 1996, tras la aprobación de las leyes Torricelli y Helms Burton.
Comentarios
Publicar un comentario