Por: Ileana Ortega Pozo
En mi búsqueda de información sobre el estrés, accedí a muchísimos conceptos, pero éste que les propongo me pareció más sencillo de entender: reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
El estrés involucra a la mayor parte de los seres humanos. Puede venir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado.
Cuando usted está muy estresado manifiesta una frecuencia cardíaca más rápida, respiración agitada, sudoraciones, dificultad para concentrarse, cansancio o pierde los estribos con mayor frecuencia. El estrés también puede causar problemas sexuales e igualmente puede ocasionar problemas del sueño. Es un desencadenante para la depresión, por eso es importante identificar las causas y tratar de minimizarlos.
Entre la más frecuente está cuando la persona necesita adaptarse a un cambio en su rutina diaria, ya sea la pérdida de un ser querido, una mudanza, nuevo trabajo, o hasta el disfrute de unas vacaciones. Sin embargo, la ciencia advierte que ese trastorno es un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas dadas en cualquier ambiente donde transcurra la vida, y que una gran parte se genera en el entorno laboral.
Situaciones como ambigüedad del rol asignado, jornadas extensas, tiempo de descanso, relaciones interpersonales, posibilidades de promoción, ruido, mala iluminación, temperatura, incómodo mobiliario, y limitaciones del espacio físico, nos sacan de nuestras "casillas".
El predominio de valores como la competitividad o el individualismo frente a la solidaridad, pueden influir. Lo ideal en toda actividad laboral es trabajar en un clima laborable donde predomine el equilibrio con un amplio repertorio de comportamientos.
En definitiva, el estrés inhibe la creatividad, la autoestima y el desarrollo personal. Su presencia prolongada puede contribuir a la aparición del síndrome de burnout, (“quemado” en inglés), como popularmente se define a quienes enfrentan dicho trastorno.
Hay algunos signos que nos avisan la alteración tensional: morderse las uñas, dificultad para conciliar el sueño y la vigilia en la mañana, beber y fumar más, Indigestión, o pérdida de la concentración.
Basta conocer el resultado de investigaciones realizadas con trabajadores sometidos a fuertes exigencias, que dieron al traste con afecciones al sistema nervioso disminuyendo la resistencia biológica y perturbando el balance fisiológico natural del organismo.
Lo que alivia el estrés no es igual para todos. Hacer ciertos cambios en el estilo de vida es el mejor comienzo. Empiece por seguir una dieta saludable y bien balanceada, al igual que dormir bien y hacer ejercicio. También reduzca la cafeína y la ingesta de alcohol y nicotina.
Pero cuando los síntomas se vayan de control, entonces acudamos al médico. Alertas cuando aparezcan una respiración rápida o latidos cardíacos acelerados, incapacidad de trabajar o desempeñarse en la casa o miedos que no puede controlar.
Generar hábitos de vida saludables frente al estrés ayuda a la mayoría de las personas. Equilibrar las actividadesen el trabajo y programar un poco de tiempo libre todos los días.
Recomiendo realizar algún juego de mesa, escuchar música, tocar un instrumento o disfrutar en familia. Con frecuencia, simplemente hablar nos hace sentir mejor, pero recuerde que también debemos aprender a escuchar.
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En mi búsqueda de información sobre el estrés, accedí a muchísimos conceptos, pero éste que les propongo me pareció más sencillo de entender: reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
El estrés involucra a la mayor parte de los seres humanos. Puede venir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado.
Cuando usted está muy estresado manifiesta una frecuencia cardíaca más rápida, respiración agitada, sudoraciones, dificultad para concentrarse, cansancio o pierde los estribos con mayor frecuencia. El estrés también puede causar problemas sexuales e igualmente puede ocasionar problemas del sueño. Es un desencadenante para la depresión, por eso es importante identificar las causas y tratar de minimizarlos.
Entre la más frecuente está cuando la persona necesita adaptarse a un cambio en su rutina diaria, ya sea la pérdida de un ser querido, una mudanza, nuevo trabajo, o hasta el disfrute de unas vacaciones. Sin embargo, la ciencia advierte que ese trastorno es un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas dadas en cualquier ambiente donde transcurra la vida, y que una gran parte se genera en el entorno laboral.
Situaciones como ambigüedad del rol asignado, jornadas extensas, tiempo de descanso, relaciones interpersonales, posibilidades de promoción, ruido, mala iluminación, temperatura, incómodo mobiliario, y limitaciones del espacio físico, nos sacan de nuestras "casillas".
El predominio de valores como la competitividad o el individualismo frente a la solidaridad, pueden influir. Lo ideal en toda actividad laboral es trabajar en un clima laborable donde predomine el equilibrio con un amplio repertorio de comportamientos.
En definitiva, el estrés inhibe la creatividad, la autoestima y el desarrollo personal. Su presencia prolongada puede contribuir a la aparición del síndrome de burnout, (“quemado” en inglés), como popularmente se define a quienes enfrentan dicho trastorno.
Hay algunos signos que nos avisan la alteración tensional: morderse las uñas, dificultad para conciliar el sueño y la vigilia en la mañana, beber y fumar más, Indigestión, o pérdida de la concentración.
Basta conocer el resultado de investigaciones realizadas con trabajadores sometidos a fuertes exigencias, que dieron al traste con afecciones al sistema nervioso disminuyendo la resistencia biológica y perturbando el balance fisiológico natural del organismo.
Lo que alivia el estrés no es igual para todos. Hacer ciertos cambios en el estilo de vida es el mejor comienzo. Empiece por seguir una dieta saludable y bien balanceada, al igual que dormir bien y hacer ejercicio. También reduzca la cafeína y la ingesta de alcohol y nicotina.
Pero cuando los síntomas se vayan de control, entonces acudamos al médico. Alertas cuando aparezcan una respiración rápida o latidos cardíacos acelerados, incapacidad de trabajar o desempeñarse en la casa o miedos que no puede controlar.
Generar hábitos de vida saludables frente al estrés ayuda a la mayoría de las personas. Equilibrar las actividadesen el trabajo y programar un poco de tiempo libre todos los días.
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