Por: Salim Lamrani
Conversaciones con Ernesto Villegas, Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información de la República Bolivariana de Venezuela.
Periodista de profesión, Ernesto Villegas Poljak es el nuevo Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información de la República Bolivariana de Venezuela desde octubre de 2012.
Último de una familia comunista de ocho hijos, nacido en 1970, Villegas se impregnó de política desde su más temprana edad. Su padre, Cruz Villegas, era un prestigioso sindicalista, Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV) y vicepresidente de la Federación Sindical Mundial. Su madre, Maja Poljak, originaria de la antigua Yugoslavia, era una periodista y militante social reconocida.
Villegas trabajó para la prensa escrita, la radio y televisión. Dirigió, entre otros, Ciudad Caracas, el periódico de la alcaldía de la capital, y fue presentador de varios programas en el canal público Venezolana de Televisión. Reconocido y saludado por sus pares, obtuvo varios premios, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo en tres ocasiones (2002, 200 y, 2010).
Villegas también es escritor y su último libro de investigación Abril, golpe adentro, sobre el golpe de Estado de 2002 contra el Presidente Hugo Chávez fue unánimemente saludado por la crítica.
Como todo buen periodista, Villegas domina el arte de la comunicación. El tono es sobrio y seguro. En estas conversaciones, el Ministro describe el estado de ánimo de la sociedad venezolana tras la desaparición de Hugo Chávez y el legado que dejó el líder de la Revolución Bolivariana. Evoca también las perspectivas electorales del 14 de abril de 2013, la actitud de la oposición, la relación especial con Cuba así como las tensiones con Estados Unidos.
Salim Lamrani: Señor Ministro, ¿en qué estado de ánimo se encuentra el pueblo venezolano tras la desaparición del Presidente Hugo Chávez?
Ernesto Villegas: Todos estamos muy tristes y tratamos de asimilar una realidad difícil de aceptar. Un largo proceso de duelo está recorriendo Venezuela. Nuestros compatriotas, incluso algunos adversarios del Presidente, no terminan de creer que ya no se encuentra físicamente entre nosotros. Todos estamos en una especie de espera de un eventual regreso, de una alocución pública de Chávez, de un próximo programa de Aló, Presidente. Nos acostumbramos tanto a su presencia a lo largo de estos últimos catorce años, en los que ejerció el poder político, sin hablar de su presencia de la vida nacional desde 1992, que nos resulta difícil resignarnos a su partida.
Se trata de una de las personas más destacadas de la historia venezolana. Dejó una impronta indeleble en la vida política de nuestra patria y por eso, a pesar de su desaparición física, el Presidente Hugo Chávez siempre estará presente en el futuro y nos acompañará en la edificación de una sociedad que queremos mejor y más justa. Chávez está en todas partes pues nos indicó el camino a seguir para alcanzar la independencia plena y definitiva de nuestra nación. El proyecto emancipador y soberano que lanzó Hugo Chávez es un proceso en construcción que llevaremos a cabo en todos los rincones de Venezuela. La obra de Chávez es palpable no sólo en la realidad material, en su gestión de gobierno, sino también en el campo subjetivo de la esperanza. Chávez sembró una semilla de esperanza en el pueblo y está germinando.
SL: Las inmensas manifestaciones de duelo y de tristeza populares marcaron ampliamente al mundo entero. ¿Cómo se explica este fervor nacional hacia un presidente?
EV: Es que perdimos a un miembro de la familia y no cualquier miembro. Perdimos a nuestro padre, nuestro padre político e histórico, el padre de esta Revolución, el padre de nuestras luchas, pero también nuestro padre desde un punto de vista simbólico. Chávez era un miembro de la familia venezolana, sin duda el más importante, quien abrió los ojos a la comunidad nacional. Por él se discutió; por él se lloró; por él se rió. Gracias a él volvió a nacer la esperanza entre nosotros. Adultos pudieron alfabetizarse, educarse y disponer por fin de un estatus de ciudadano activo en nuestra sociedad. Muchos hogares venezolanos, por primera vez en su vida, tuvieron acceso a la lectura, a los libros, a la cultura. Gracias a Chávez, nos encontramos de nuevo con nuestra identidad nacional, con nuestra autenticidad venezolana, con nuestro Libertador Simón Bolí ;var y con nuestra historia bolivariana. Volvimos a descubrir el concepto de patria y pudimos entender mejor los desafíos de nuestro tiempo. En una palabra, Chávez nos permitió encontrar nuestro sueño común.
SL: El pueblo venezolano perdió entonces al que dio la voz a los pobres.
EV: Por ello el dolor fue tan fuerte. Nos enteramos de su desaparición el 5 de marzo de 2013, y al día siguiente el pueblo invadió las calles para rendirle homenaje al Presidente, acompañarlo desde el Hospital Militar hacia la Academia Militar y expresar su tristeza.
Se produjo un nuevo 27 de febrero tras la desaparición de Chávez, un nuevo Caracazo, como el de 1989 cuando el pueblo se sublevó contra la miseria y las políticas de austeridad. Con una diferencia: esta vez, el pueblo tenía un objetivo preciso: acompañar al Comandante Chávez a la Academia Militar. Si el 27 de febrero de 1989 fue un Caracazo social, el 6 de marzo de 2013 fue un 27 de febrero político.
SL: Las manifestaciones fueron impresionantes.
EV: Se le rindió homenaje de modo masivo. Hubo familias enteras que esperaron horas y días para ver al Presidente Chávez. Una vez cumplido el rito, el pueblo regresó a su casa. En las calles había centenas de miles de venezolanos, y constituyen una fuerza política, social y física extraordinaria. Era un volcán humano, una marea humana de un poder inaudito. En otro contexto, el vigor de esta muchedumbre lo habría devastado todo en su camino. Pero en ese caso preciso, la marcha fue pacífica gracias a Hugo Chávez pues dejó instrucciones al pueblo.
SL: Usted se refiere a su última alocución televisiva del 8 de diciembre de 2012.
EV: Correcto. Explicó cuál era la marcha a seguir en caso en que no sobreviviera a su enfermedad, a esa emboscada de le tendió el destino. Si no hubiera mandado ese mensaje al pueblo, quién sabe lo que hubiese ocurrido en Venezuela. El poder de esta masa humana es capaz de destruir cualquier cosa. El pueblo habría podido atacar los medios privados que no han dejado de denigrar y vilipendiar al Presidente Hugo Chávez durante los últimos catorce años, atacándolo directamente a él y a la voluntad nacional. No obstante no pasó nada, pues el pueblo recibió el mensaje pacífico de Chávez a favor del orden y la unión. Chávez tomó las disposiciones necesarias para evitar eso. Esta fuerza está allí, latente, con Hugo Chávez como líder espiritual, más vivo que nunca a pesar de su desaparición física, pues las ideas nunca mueren.
SL: Chávez siempre prefirió la comunicación directa con el pueblo.
EV: Chávez tenía tanto entusiasmo que multiplicaba las ideas cuando sus asesores en comunicación le recomendaban que no se expusiera tanto. En 1999 hablábamos de ello y pensábamos que corría demasiados riesgos pues las fuerzas conservadoras opuestas al proceso bolivariano eran muy poderosas. Él, al contrario, pensaba que había que exponer la integralidad del proyecto emancipador al pueblo. En aquella época, no podía saber que lo alcanzaría esa terrible enfermedad. Retrospectivamente, nos damos cuenta de que acertó y había que revelarle todo a la nación.
Nos dejó miles de horas de comunicación directa con los venezolanos y un lazo afectivo indeleble con el pueblo, que forman parte del legado de la Venezuela de hoy.
SL: La figura de Hugo Chávez, militar de formación, apareció en la escena política nacional el 4 de febrero de 1992, tras la sublevación armada contra el Presidente Carlos Andrés Pérez, en un contexto mundial marcado por la derrota de las ideas progresistas y la hegemonía del Consenso de Washington.
EV: Tras el desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991, las izquierdas del mundo entero se encontraban en plena desbandada. Gracias a Chávez, muchos militantes de izquierda volvieron a encontrar la vía del socialismo. Chávez también sintetizó nuestras raíces religiosas, proclamándose abiertamente cristiano. Así consiguió la adhesión y el fervor de los creyentes y los unió no sólo a los militantes ortodoxos del marxismo-leninismo, sino también a los militares que, en otros tiempos y bajo otro liderazgo, habrían rechazado la alianza con las categorías contras las cuales estuvieron en guerra. Chávez fue el elemento que federó. Logró unir a las fuerzas políticas, religiosas e ideológicas heterogéneas. Por ello, un conglomerado gigantesco de personas distintas, procedentes de horizontes diferentes, se identificó con Chávez.
SL: Pero su base es sobre todo popular.
EV: Evidentemente, el apoyo mayoritario a Chávez procede de los sectores populares que históricamente fueron marginados, apartados e ignorados. Estas categorías, aun mayoritarias, eran maltratadas, despreciadas, discriminadas, excluidas de la sociedad. Encontraron en Chávez un referente, un representante y defensor de sus aspiraciones, una esperanza que los hizo visibles.
Chávez estableció un lazo especial con el pueblo. Él mismo procede del pueblo y se sublevó en 1992, tres años después de la sublevación popular de 1989. Hubo un diálogo entre la calle y el cuartel y Chávez era el interlocutor del cuartel y terminó fusionándose con la calle. Se volvió así el líder del cuartel y de la calle, de los militares progresistas bolivarianos y del pueblo.
SL: ¿Qué legado dejó al pueblo venezolano y al mundo?
EV: Chávez ubicó al ser humano en el centro de nuestro proyecto bolivariano, particularmente a las categorías más desfavorecidas. Devolvió al pueblo el sentimiento de orgullo y dignidad nacional. Unió en un mismo cuerpo al pueblo y a la fuerza armada.
Chávez cambió completamente las relaciones internacionales y tejió lazos sólidos con muchos países del mundo. 33 mandatarios y 57 delegaciones participaron en la ceremonia fúnebre del Presidente. Chávez tejió lazos no solo comerciales con esas naciones sino que también unió a los pueblos e incluso estableció relaciones muy personales con los dirigentes de esos países. Chávez estableció un nuevo paradigma en las relaciones internacionales. En Venezuela nos acostumbramos a la tecnocracia diplomática que suponía que la cancillería se encargaba de las relaciones con el resto del mundo, cuando sólo era una extensión del poder presidencial. Chávez, al contrario, desarrolló lazos muy personales con jefes de Estado, lo que le permitió tener excelentes vínculos con dirigentes tanto de derecha como de izquierda. Hizo que las diferencias ideológicas no constituyeran un obstáculo para las relaciones, como es el caso con Colombia o Chile que han elegido orientaciones políticas diferentes de las nuestras. Chávez también tuvo buenas relaciones con gobiernos europeos que no compartían su visión del mundo.
Fuente: Operamundi.com
Conversaciones con Ernesto Villegas, Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información de la República Bolivariana de Venezuela.
Periodista de profesión, Ernesto Villegas Poljak es el nuevo Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información de la República Bolivariana de Venezuela desde octubre de 2012.
Último de una familia comunista de ocho hijos, nacido en 1970, Villegas se impregnó de política desde su más temprana edad. Su padre, Cruz Villegas, era un prestigioso sindicalista, Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV) y vicepresidente de la Federación Sindical Mundial. Su madre, Maja Poljak, originaria de la antigua Yugoslavia, era una periodista y militante social reconocida.
Villegas trabajó para la prensa escrita, la radio y televisión. Dirigió, entre otros, Ciudad Caracas, el periódico de la alcaldía de la capital, y fue presentador de varios programas en el canal público Venezolana de Televisión. Reconocido y saludado por sus pares, obtuvo varios premios, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo en tres ocasiones (2002, 200 y, 2010).
Villegas también es escritor y su último libro de investigación Abril, golpe adentro, sobre el golpe de Estado de 2002 contra el Presidente Hugo Chávez fue unánimemente saludado por la crítica.
Como todo buen periodista, Villegas domina el arte de la comunicación. El tono es sobrio y seguro. En estas conversaciones, el Ministro describe el estado de ánimo de la sociedad venezolana tras la desaparición de Hugo Chávez y el legado que dejó el líder de la Revolución Bolivariana. Evoca también las perspectivas electorales del 14 de abril de 2013, la actitud de la oposición, la relación especial con Cuba así como las tensiones con Estados Unidos.
Salim Lamrani: Señor Ministro, ¿en qué estado de ánimo se encuentra el pueblo venezolano tras la desaparición del Presidente Hugo Chávez?
Ernesto Villegas: Todos estamos muy tristes y tratamos de asimilar una realidad difícil de aceptar. Un largo proceso de duelo está recorriendo Venezuela. Nuestros compatriotas, incluso algunos adversarios del Presidente, no terminan de creer que ya no se encuentra físicamente entre nosotros. Todos estamos en una especie de espera de un eventual regreso, de una alocución pública de Chávez, de un próximo programa de Aló, Presidente. Nos acostumbramos tanto a su presencia a lo largo de estos últimos catorce años, en los que ejerció el poder político, sin hablar de su presencia de la vida nacional desde 1992, que nos resulta difícil resignarnos a su partida.
Se trata de una de las personas más destacadas de la historia venezolana. Dejó una impronta indeleble en la vida política de nuestra patria y por eso, a pesar de su desaparición física, el Presidente Hugo Chávez siempre estará presente en el futuro y nos acompañará en la edificación de una sociedad que queremos mejor y más justa. Chávez está en todas partes pues nos indicó el camino a seguir para alcanzar la independencia plena y definitiva de nuestra nación. El proyecto emancipador y soberano que lanzó Hugo Chávez es un proceso en construcción que llevaremos a cabo en todos los rincones de Venezuela. La obra de Chávez es palpable no sólo en la realidad material, en su gestión de gobierno, sino también en el campo subjetivo de la esperanza. Chávez sembró una semilla de esperanza en el pueblo y está germinando.
SL: Las inmensas manifestaciones de duelo y de tristeza populares marcaron ampliamente al mundo entero. ¿Cómo se explica este fervor nacional hacia un presidente?
EV: Es que perdimos a un miembro de la familia y no cualquier miembro. Perdimos a nuestro padre, nuestro padre político e histórico, el padre de esta Revolución, el padre de nuestras luchas, pero también nuestro padre desde un punto de vista simbólico. Chávez era un miembro de la familia venezolana, sin duda el más importante, quien abrió los ojos a la comunidad nacional. Por él se discutió; por él se lloró; por él se rió. Gracias a él volvió a nacer la esperanza entre nosotros. Adultos pudieron alfabetizarse, educarse y disponer por fin de un estatus de ciudadano activo en nuestra sociedad. Muchos hogares venezolanos, por primera vez en su vida, tuvieron acceso a la lectura, a los libros, a la cultura. Gracias a Chávez, nos encontramos de nuevo con nuestra identidad nacional, con nuestra autenticidad venezolana, con nuestro Libertador Simón Bolí ;var y con nuestra historia bolivariana. Volvimos a descubrir el concepto de patria y pudimos entender mejor los desafíos de nuestro tiempo. En una palabra, Chávez nos permitió encontrar nuestro sueño común.
SL: El pueblo venezolano perdió entonces al que dio la voz a los pobres.
EV: Por ello el dolor fue tan fuerte. Nos enteramos de su desaparición el 5 de marzo de 2013, y al día siguiente el pueblo invadió las calles para rendirle homenaje al Presidente, acompañarlo desde el Hospital Militar hacia la Academia Militar y expresar su tristeza.
Se produjo un nuevo 27 de febrero tras la desaparición de Chávez, un nuevo Caracazo, como el de 1989 cuando el pueblo se sublevó contra la miseria y las políticas de austeridad. Con una diferencia: esta vez, el pueblo tenía un objetivo preciso: acompañar al Comandante Chávez a la Academia Militar. Si el 27 de febrero de 1989 fue un Caracazo social, el 6 de marzo de 2013 fue un 27 de febrero político.
SL: Las manifestaciones fueron impresionantes.
EV: Se le rindió homenaje de modo masivo. Hubo familias enteras que esperaron horas y días para ver al Presidente Chávez. Una vez cumplido el rito, el pueblo regresó a su casa. En las calles había centenas de miles de venezolanos, y constituyen una fuerza política, social y física extraordinaria. Era un volcán humano, una marea humana de un poder inaudito. En otro contexto, el vigor de esta muchedumbre lo habría devastado todo en su camino. Pero en ese caso preciso, la marcha fue pacífica gracias a Hugo Chávez pues dejó instrucciones al pueblo.
SL: Usted se refiere a su última alocución televisiva del 8 de diciembre de 2012.
EV: Correcto. Explicó cuál era la marcha a seguir en caso en que no sobreviviera a su enfermedad, a esa emboscada de le tendió el destino. Si no hubiera mandado ese mensaje al pueblo, quién sabe lo que hubiese ocurrido en Venezuela. El poder de esta masa humana es capaz de destruir cualquier cosa. El pueblo habría podido atacar los medios privados que no han dejado de denigrar y vilipendiar al Presidente Hugo Chávez durante los últimos catorce años, atacándolo directamente a él y a la voluntad nacional. No obstante no pasó nada, pues el pueblo recibió el mensaje pacífico de Chávez a favor del orden y la unión. Chávez tomó las disposiciones necesarias para evitar eso. Esta fuerza está allí, latente, con Hugo Chávez como líder espiritual, más vivo que nunca a pesar de su desaparición física, pues las ideas nunca mueren.
SL: Chávez siempre prefirió la comunicación directa con el pueblo.
EV: Chávez tenía tanto entusiasmo que multiplicaba las ideas cuando sus asesores en comunicación le recomendaban que no se expusiera tanto. En 1999 hablábamos de ello y pensábamos que corría demasiados riesgos pues las fuerzas conservadoras opuestas al proceso bolivariano eran muy poderosas. Él, al contrario, pensaba que había que exponer la integralidad del proyecto emancipador al pueblo. En aquella época, no podía saber que lo alcanzaría esa terrible enfermedad. Retrospectivamente, nos damos cuenta de que acertó y había que revelarle todo a la nación.
Nos dejó miles de horas de comunicación directa con los venezolanos y un lazo afectivo indeleble con el pueblo, que forman parte del legado de la Venezuela de hoy.
SL: La figura de Hugo Chávez, militar de formación, apareció en la escena política nacional el 4 de febrero de 1992, tras la sublevación armada contra el Presidente Carlos Andrés Pérez, en un contexto mundial marcado por la derrota de las ideas progresistas y la hegemonía del Consenso de Washington.
EV: Tras el desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991, las izquierdas del mundo entero se encontraban en plena desbandada. Gracias a Chávez, muchos militantes de izquierda volvieron a encontrar la vía del socialismo. Chávez también sintetizó nuestras raíces religiosas, proclamándose abiertamente cristiano. Así consiguió la adhesión y el fervor de los creyentes y los unió no sólo a los militantes ortodoxos del marxismo-leninismo, sino también a los militares que, en otros tiempos y bajo otro liderazgo, habrían rechazado la alianza con las categorías contras las cuales estuvieron en guerra. Chávez fue el elemento que federó. Logró unir a las fuerzas políticas, religiosas e ideológicas heterogéneas. Por ello, un conglomerado gigantesco de personas distintas, procedentes de horizontes diferentes, se identificó con Chávez.
SL: Pero su base es sobre todo popular.
EV: Evidentemente, el apoyo mayoritario a Chávez procede de los sectores populares que históricamente fueron marginados, apartados e ignorados. Estas categorías, aun mayoritarias, eran maltratadas, despreciadas, discriminadas, excluidas de la sociedad. Encontraron en Chávez un referente, un representante y defensor de sus aspiraciones, una esperanza que los hizo visibles.
Chávez estableció un lazo especial con el pueblo. Él mismo procede del pueblo y se sublevó en 1992, tres años después de la sublevación popular de 1989. Hubo un diálogo entre la calle y el cuartel y Chávez era el interlocutor del cuartel y terminó fusionándose con la calle. Se volvió así el líder del cuartel y de la calle, de los militares progresistas bolivarianos y del pueblo.
SL: ¿Qué legado dejó al pueblo venezolano y al mundo?
EV: Chávez ubicó al ser humano en el centro de nuestro proyecto bolivariano, particularmente a las categorías más desfavorecidas. Devolvió al pueblo el sentimiento de orgullo y dignidad nacional. Unió en un mismo cuerpo al pueblo y a la fuerza armada.
Chávez cambió completamente las relaciones internacionales y tejió lazos sólidos con muchos países del mundo. 33 mandatarios y 57 delegaciones participaron en la ceremonia fúnebre del Presidente. Chávez tejió lazos no solo comerciales con esas naciones sino que también unió a los pueblos e incluso estableció relaciones muy personales con los dirigentes de esos países. Chávez estableció un nuevo paradigma en las relaciones internacionales. En Venezuela nos acostumbramos a la tecnocracia diplomática que suponía que la cancillería se encargaba de las relaciones con el resto del mundo, cuando sólo era una extensión del poder presidencial. Chávez, al contrario, desarrolló lazos muy personales con jefes de Estado, lo que le permitió tener excelentes vínculos con dirigentes tanto de derecha como de izquierda. Hizo que las diferencias ideológicas no constituyeran un obstáculo para las relaciones, como es el caso con Colombia o Chile que han elegido orientaciones políticas diferentes de las nuestras. Chávez también tuvo buenas relaciones con gobiernos europeos que no compartían su visión del mundo.
Fuente: Operamundi.com
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