Tras el anuncio de la renuncia del Papa Benedicto XVI, este domingo, el sustituto podría ser elegido para las fiestas de Pascuas del próximo 31 de marzo,
informaron hoy fuentes de la Santa Sede.
El despacho señala que el Sumo Pontífice de 85 años, carece de salud para seguir en la dirección del ministerio religioso y
su intención de abandonar ese puesto el venidero día 28, señalando declaraciones del portavoz del
Vaticano, el padre Federico Lambardi.
Luego de la dimisión oficial, Benedicto XVI estará ausente en marzo de
este año en el próximo cónclave y se mantendrá en su residencia de
Castel Gandolfo, aclaró.
"Después de haber examinado ante Dios
reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la
edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el
ministerio petrino", anunció Joseph Ratzinger en un comunicado.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y
el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y
pido perdón por todos mis defectos, comunicó personalmente y en latín
el Papa.
El primer alemán jefe del Vaticano en casi cinco
siglos, asumió las riendas de la iglesia católica el 19 de abril de
2005, en sustitución del fallecido papa polaco Karol Wojtyla (Juan Pablo
II). Ambos fueron los únicos de 10 dirigentes de la Santa Sede en el
siglo XX que no fueron italianos.
La posibilidad de renuncia fue
admitida por Ratzinger hace dos años en una entrevista, mientras los
rumores de su posible dimisión se hicieron más fuertes con el llamado
escándalo de Vatileaks, el cual evidenció una fuerte lucha por el poder
dentro de clérigo católico, comentan aquí medios de prensa.
Comunicado íntegro de la dimisión del Papa Benedicto XVI
Queridísimos hermanos
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero 2013
BENEDICTUS PP. XVI
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