Por Pedro
González-Munné *
Hay una
costumbre en Miami, sobre todo con los cubanos recién llegados y es pensar que
trabajamos por la comida. No te ofrecen un empleo, pero te pagan un almuerzo y
siempre tratando de sacar algo a cambio, utilidad por su dinero.
Uno de los
Editores de nuestro magno tabloide local, el Miami Herald, me invitó el otro día
para saber mi opinión sobre la prensa del futuro en Cuba. Le respondí que no
sabía los nombres de los protagonistas pero que los periodistas, intelectuales y
el pueblo cubano serían sus integrantes.
La respuesta
fue típica: “Pero todos esos están contaminados por la Revolución”.
Esa
mentalidad es parte del folclor local, donde a pesar del barniz de todos quienes
son primera, segunda o tercera generación de “exiliados”, la idea de la
purificación o esterilización de la isla, al mejor estilo hitleriano, es la más
recomendable.
Por supuesto
que no hay preguntas inocentes, sobre todo en una fauna que acostumbra a ponerle
precio a todo.
Hace unos
meses, otro personaje parecido, de la bien pagada ‘prensa independiente’
radicada en la Florida, me invitó a almorzar (y pagué yo por supuesto) para
tratar de vincularme a un proyecto de la USAID donde se destinaría un
presupuesto de seis cifras para diseñar la prensa del futuro en
Cuba.
Como el
objetivo es crear una opinión favorable a la nueva clase política se imprimiría
el periódico en la Florida, se llevaría por avión a la isla y distribuiría
masivamente. Esto, por supuesto con el apoyo de transmisiones masivas de radio y
televisión desde Miami.
O sea que el
Gobierno norteamericano, ya no sólo gasta cientos de millones de dólares en
proyectos de divulgación de información cubana, elaborada y creada en la
Florida, por unas cuantas decenas de bien pagados gacetilleros que copian la
prensa cubana en Internet, recogen las anécdotas de la calle Ocho, o
sencillamente se las inventan.
Ahí están las
páginas Internet llenas de nombres de ‘periodistas independientes’ cubanos que
tan pronto llegan al ‘exilio’ desaparecen en las intrincadas selvas de Hialeah,
pues no saben escribir una letra: su intención era emigrar al
imperio.
Finalmente,
pues no quiero abusar de su tiempo quiero agregar que estos planes de las
instituciones norteamericanas no son nuevos.
El propio
director del centro de estudios de la comunicación de la Universidad
Internacional de la Florida, John Virtud, reconoció en una reciente entrevista
que desde la creación del ‘movimiento de periodistas independientes’ de Cuba en
1990 (patrocinado por la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en la
Habana, lo cual es otra historia), se han realizado cinco cursos en la isla con
dinero de la USAID.
Inclusive, se
han dado seminarios, ayuda en equipos, dinero e instrucciones en la propia SINA
de los Estados Unidos en la Habana.
Creo que este
señor tiene mucho que aprender y poco que ofrecer en las conferencias que
imparte a estudiantes y profesionales del periodismo que con dinero
norteamericano vienen a la FIU para ‘aprender’ del periodismo
norteamericano.
* Director de www.lanacioncubana.
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