Solo dos vertederos provinciales, próximos a concluir su vida útil tras 37 años de aprovechamiento cada uno, constituyen los principales sitios para el depósito y tratamiento final de los desechos generados por aproximadamente dos millones de capitalinos.
El asunto adquiere una connotación mayor en este escenario, donde confluyen factores como la alta densidad poblacional, el poco espacio para verter los residuos, la deficiente disponibilidad técnica del equipo destinado a su recogida y los efectos negativos de su inadecuada gestión y tratamiento, problemática esta última que ha persistido por más de dos décadas. La reducción de los residuos se impone.
Sin embargo, no es esta una perspectiva que incluye únicamente los procesos de gestión y manejo de los desechos; sino que parte desde la misma producción de los bienes para el consumo.
En ese sentido, se trata de alcanzar —como promueve la Delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en La Habana— una "responsabilidad compartida", de modo que cada fabricante se sienta comprometido con el destino de los remanentes que genera y el modo en que puede reutilizarlos.
Ello contribuiría a reducir su vertimiento en los sitios de disposición final y el empleo de materias primas en los ciclos productivos, a partir del reaprovechamiento de los propios desechos.
Precisamente, esta visión de reducir al máximo los residuos a partir de su reciclaje es manejada actualmente por la Dirección de Servicios Comunales (SC) de La Habana, entidad encargada de la recolección, tratamiento y disposición final de los desechos; así como de la higiene de la ciudad.
Con el objetivo de conocer sus proyecciones actuales, Granma conversó con algunos de sus representantes:
— ¿Cuál es el enfoque que mantiene la Dirección Provincial de Servicios Comunales para evitar el inadecuado manejo de los residuos sólidos urbanos y atenuar sus consecuencias negativas?
Odalys García Fonseca, especialista principal de la vice-dirección de Inversiones y Desarrollo: Actualmente se trabaja en que los residuos sólidos urbanos se conviertan en una fuente de recursos, en su reciclaje y reaprovechamiento. Es una forma de disminuir la contaminación ambiental en todos los plazos y de reducir el contenido de desechos que es llevado a los vertederos. En el 2004 nuestro país inició un proyecto con la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), como parte del cual se diagnosticaron entonces las principales problemáticas medioambientales derivadas del manejo de los residuos sólidos urbanos. A partir de ese intercambio, se elaboró un Plan Maestro para el manejo integral de los residuos sólidos que actualizó el conocimiento de nuestros especialistas en esta materia e introdujo alternativas más sostenibles y provechosas para el país. Aunque la elaboración de ese proyecto concluyó en el 2007 y se han ejecutado todas las acciones previstas en él, hoy se trabaja en su actualización; pues conforme cambia la composición de los desechos de la ciudad, deben variar los mecanismos para garantizar su salud ambiental y social.
— ¿Qué acciones se han implementado para ello?
José Carlos Batista, director general: En octubre del 2009, por ejemplo, se creó en la Dirección de Servicios Comunales el doble turno para la recogida de desechos sólidos, debido al déficit de equipos que poseía para esta labor; y aunque su disponibilidad técnica mejoró —en octubre del 2011 era del 41,6 % y a inicios de marzo del 83,4 %— aún está por debajo de la demanda. Asimismo, en el 2011 se centralizó el parque de equipos para la recogida especializada en los municipios con mayores dificultades en ese aspecto: Playa, Centro Habana, Plaza, Cerro, Habana Vieja y Marianao. Esta disposición, a pesar de tener un impacto positivo, no ha sido aprovechada al máximo por fallas en los mecanismos de sostenibilidad del equipamiento (problemas financieros o fallas en la gestión del manejo por parte de nuestra Dirección). A ello se une la autorización para remotorizar 30 camiones de volteo y reparar otros 50; así como el reordenamiento para el saneamiento manual de la ciudad que, aunque ha mejorado, tampoco está a la altura que queremos por problemas organizativos en los territorios y de equipamiento.
—¿Qué medidas se ejecutan para alargar la disponibilidad de los vertederos provinciales?
Camilo Rodríguez Montes de Oca, administrador de la Unidad de Disposición Final: Actualmente se trabaja en el "reciclaje del propio vertedero", o sea, en la reutilización del espacio empleado. Para ello se han excavado trincheras donde los residuos se depositan y rellenan con el mismo contenido de la excavación, que también contiene desechos. Estamos inmersos, además, en la clasificación de los residuos recogidos, a los que se les da tratamiento diferenciado y se incluyen en el proceso de desgasificación, que es otra de las novedades. Este consiste en la inserción de tuberías en los sitios donde se ha depositado materia orgánica —tapada con tierra—, las cuales extraen el gas que se libera de la descomposición de esos residuos. Lo anterior, además de contribuir al cuidado ambiental — "quema" ecológicamente los gases—, reduce la ocurrencia de incendios en el vertedero, provocados por la misma causa.
Abel Castaño Spengler, especialista de Inversiones de la Dirección Provincial: El proyecto de desgasificación se desarrolla en el Vertedero de Calle 100 desde el 2009, a partir de lo estipulado en el Protocolo de Kyoto. Mediante el mismo se disminuyen las emisiones de gases a la capa de ozono. Este plan de desgasificación se concibió originalmente para producir cerca de cuatro mil metros cúbicos de biogás por hora. En esta primera etapa se prevé alcanzar los 1 200 metros para pasar a la segunda fase del proyecto que es generar energía para el propio vertedero a partir de la "quema" de esos gases.
—¿Se trabaja en la construcción de otro sitio de disposición final?
Odalys García Fonseca, especialista principal de la vice-dirección de Inversiones y Desarrollo: Sí, en el municipio de Guanabacoa. Este será el primer relleno sanitario del país, donde se aplicará un tratamiento diferente a los residuos en cuanto a su manejo para evitar la contaminación de los recursos naturales. Aunque el año pasado comenzamos a construirlo, el estudio de factibilidad económica está ahora en proceso de actualización. Ya se terminó el vial de acceso hasta el área del vertedero y la primera trinchera se comenzó a ejecutar. Se prevé que reciba los residuos de cinco municipios de la ciudad y posea una planta de reciclaje y compostaje. Aun fuera de los hogares, los residuos continúan presentes en nuestras vidas. Solo reduciendo su generación, reaprovechándolos al máximo y proveyendo una adecuada gestión y tratamiento para ellos, disminuirán sus impactos negativos.
Tomado de Granma
El asunto adquiere una connotación mayor en este escenario, donde confluyen factores como la alta densidad poblacional, el poco espacio para verter los residuos, la deficiente disponibilidad técnica del equipo destinado a su recogida y los efectos negativos de su inadecuada gestión y tratamiento, problemática esta última que ha persistido por más de dos décadas. La reducción de los residuos se impone.
Sin embargo, no es esta una perspectiva que incluye únicamente los procesos de gestión y manejo de los desechos; sino que parte desde la misma producción de los bienes para el consumo.
En ese sentido, se trata de alcanzar —como promueve la Delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en La Habana— una "responsabilidad compartida", de modo que cada fabricante se sienta comprometido con el destino de los remanentes que genera y el modo en que puede reutilizarlos.
Ello contribuiría a reducir su vertimiento en los sitios de disposición final y el empleo de materias primas en los ciclos productivos, a partir del reaprovechamiento de los propios desechos.
Precisamente, esta visión de reducir al máximo los residuos a partir de su reciclaje es manejada actualmente por la Dirección de Servicios Comunales (SC) de La Habana, entidad encargada de la recolección, tratamiento y disposición final de los desechos; así como de la higiene de la ciudad.
Con el objetivo de conocer sus proyecciones actuales, Granma conversó con algunos de sus representantes:
— ¿Cuál es el enfoque que mantiene la Dirección Provincial de Servicios Comunales para evitar el inadecuado manejo de los residuos sólidos urbanos y atenuar sus consecuencias negativas?
Odalys García Fonseca, especialista principal de la vice-dirección de Inversiones y Desarrollo: Actualmente se trabaja en que los residuos sólidos urbanos se conviertan en una fuente de recursos, en su reciclaje y reaprovechamiento. Es una forma de disminuir la contaminación ambiental en todos los plazos y de reducir el contenido de desechos que es llevado a los vertederos. En el 2004 nuestro país inició un proyecto con la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), como parte del cual se diagnosticaron entonces las principales problemáticas medioambientales derivadas del manejo de los residuos sólidos urbanos. A partir de ese intercambio, se elaboró un Plan Maestro para el manejo integral de los residuos sólidos que actualizó el conocimiento de nuestros especialistas en esta materia e introdujo alternativas más sostenibles y provechosas para el país. Aunque la elaboración de ese proyecto concluyó en el 2007 y se han ejecutado todas las acciones previstas en él, hoy se trabaja en su actualización; pues conforme cambia la composición de los desechos de la ciudad, deben variar los mecanismos para garantizar su salud ambiental y social.
— ¿Qué acciones se han implementado para ello?
José Carlos Batista, director general: En octubre del 2009, por ejemplo, se creó en la Dirección de Servicios Comunales el doble turno para la recogida de desechos sólidos, debido al déficit de equipos que poseía para esta labor; y aunque su disponibilidad técnica mejoró —en octubre del 2011 era del 41,6 % y a inicios de marzo del 83,4 %— aún está por debajo de la demanda. Asimismo, en el 2011 se centralizó el parque de equipos para la recogida especializada en los municipios con mayores dificultades en ese aspecto: Playa, Centro Habana, Plaza, Cerro, Habana Vieja y Marianao. Esta disposición, a pesar de tener un impacto positivo, no ha sido aprovechada al máximo por fallas en los mecanismos de sostenibilidad del equipamiento (problemas financieros o fallas en la gestión del manejo por parte de nuestra Dirección). A ello se une la autorización para remotorizar 30 camiones de volteo y reparar otros 50; así como el reordenamiento para el saneamiento manual de la ciudad que, aunque ha mejorado, tampoco está a la altura que queremos por problemas organizativos en los territorios y de equipamiento.
—¿Qué medidas se ejecutan para alargar la disponibilidad de los vertederos provinciales?
Camilo Rodríguez Montes de Oca, administrador de la Unidad de Disposición Final: Actualmente se trabaja en el "reciclaje del propio vertedero", o sea, en la reutilización del espacio empleado. Para ello se han excavado trincheras donde los residuos se depositan y rellenan con el mismo contenido de la excavación, que también contiene desechos. Estamos inmersos, además, en la clasificación de los residuos recogidos, a los que se les da tratamiento diferenciado y se incluyen en el proceso de desgasificación, que es otra de las novedades. Este consiste en la inserción de tuberías en los sitios donde se ha depositado materia orgánica —tapada con tierra—, las cuales extraen el gas que se libera de la descomposición de esos residuos. Lo anterior, además de contribuir al cuidado ambiental — "quema" ecológicamente los gases—, reduce la ocurrencia de incendios en el vertedero, provocados por la misma causa.
Abel Castaño Spengler, especialista de Inversiones de la Dirección Provincial: El proyecto de desgasificación se desarrolla en el Vertedero de Calle 100 desde el 2009, a partir de lo estipulado en el Protocolo de Kyoto. Mediante el mismo se disminuyen las emisiones de gases a la capa de ozono. Este plan de desgasificación se concibió originalmente para producir cerca de cuatro mil metros cúbicos de biogás por hora. En esta primera etapa se prevé alcanzar los 1 200 metros para pasar a la segunda fase del proyecto que es generar energía para el propio vertedero a partir de la "quema" de esos gases.
—¿Se trabaja en la construcción de otro sitio de disposición final?
Odalys García Fonseca, especialista principal de la vice-dirección de Inversiones y Desarrollo: Sí, en el municipio de Guanabacoa. Este será el primer relleno sanitario del país, donde se aplicará un tratamiento diferente a los residuos en cuanto a su manejo para evitar la contaminación de los recursos naturales. Aunque el año pasado comenzamos a construirlo, el estudio de factibilidad económica está ahora en proceso de actualización. Ya se terminó el vial de acceso hasta el área del vertedero y la primera trinchera se comenzó a ejecutar. Se prevé que reciba los residuos de cinco municipios de la ciudad y posea una planta de reciclaje y compostaje. Aun fuera de los hogares, los residuos continúan presentes en nuestras vidas. Solo reduciendo su generación, reaprovechándolos al máximo y proveyendo una adecuada gestión y tratamiento para ellos, disminuirán sus impactos negativos.
Tomado de Granma
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