Con la aprobación de la resolución sobre los objetivos de trabajo del Partido Comunista de Cuba, PCC, concluyó la primera Conferencia Nacional de esa organización, que sesionó en el Palacio de las Convenciones los días 28 y 29 de Febrero.
El documento prioriza el papel de los militantes en la prevención y el enfrentamiento a la corrupción, las ilegalidades e indisciplinas y rechaza cualquier manifestación de impunidad; además actualiza los conceptos básicos que ubican al Partido como órgano rector de la sociedad cubana.
En tal sentido, Raúl Castro, primer secretario del PCC señaló en una de sus intervenciones que “defendemos el sistema del partido único frente al juego de la demagogia y la mercantilización de la política”; y dejó claro que "renunciar al principio de un solo partido equivaldría, sencillamente, a legalizar al partido o los partidos del imperialismo en suelo patrio y sacrificar el arma estratégica de la unidad de los cubanos, que ha hecho realidad los sueños de independencia y justicia social por los que han luchado tantas generaciones de patriotas, desde Hatuey hasta Céspedes, Martí y Fidel”.
Los más de 800 delegados a la Primera Conferencia Nacional del PCC aprobaron también los dictámenes de las cuatro comisiones de trabajo que discutieron el funcionamiento, métodos y estilo de trabajo del PCC, la labor político-ideológica, la política de cuadros y las relaciones del Partido con la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones de masas.
El documento prioriza el papel de los militantes en la prevención y el enfrentamiento a la corrupción, las ilegalidades e indisciplinas y rechaza cualquier manifestación de impunidad; además actualiza los conceptos básicos que ubican al Partido como órgano rector de la sociedad cubana.
En tal sentido, Raúl Castro, primer secretario del PCC señaló en una de sus intervenciones que “defendemos el sistema del partido único frente al juego de la demagogia y la mercantilización de la política”; y dejó claro que "renunciar al principio de un solo partido equivaldría, sencillamente, a legalizar al partido o los partidos del imperialismo en suelo patrio y sacrificar el arma estratégica de la unidad de los cubanos, que ha hecho realidad los sueños de independencia y justicia social por los que han luchado tantas generaciones de patriotas, desde Hatuey hasta Céspedes, Martí y Fidel”.
Los más de 800 delegados a la Primera Conferencia Nacional del PCC aprobaron también los dictámenes de las cuatro comisiones de trabajo que discutieron el funcionamiento, métodos y estilo de trabajo del PCC, la labor político-ideológica, la política de cuadros y las relaciones del Partido con la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones de masas.
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